miércoles, 28 de noviembre de 2018



¿Qué es un orador?

Un orador es aquella persona que habla ante un público, y para ello, se sirve del recurso de la oratoria, la cual es definida como el arte de hablar con elocuencia (la capacidad de persuadir)
Si bien el Orador puede tener otros objetivos (por ejemplo, contar una historia), siempre quiere provocar algún tipo de efecto en su audiencia (convencerlos de su postura, motivarlos, informar un descubrimiento,  alertarlos, plantear un problema, interesarlos en una historia, etc.).
En última instancia, la persuasión del orador apunta a provocar el interés de su público, para poder transmitir eficazmente su mensaje. La oratoria puede ser individual (una sola persona se dirige a un grupo) o grupal (dos o más personas alternan su participación en el discurso, dirigido a un grupo).

Características de un buen orador


  1. Presencia

Un orador debe vestirse adecuadamente, pero siempre teniendo en cuenta el público ante el cual se presenta. Su postura debe ser erguida (con los hombros ligeramente hacia atrás), mostrando decisión y seguridad.
Su presencia no debe ser estática sino que debe moverse para dirigirse a distintos sectores del público y para mostrar su entusiasmo y transmitirlo a la audiencia.
  1. Preparación

Debe dominar el tema, los argumentos que desarrollará pero también anticipar las preguntas que pueden dirigirle. Su conocimiento sobre el tema que desarrollará le permite mantener un discurso fluido, sin titubeos que pueden provocar la desconfianza o disminuir el interés del público.
Por otro lado, la preparación también incluye la puntualidad, conocer el recinto donde se realizará la presentación y saber con qué elementos tecnológicos contará (micrófono, proyector, etc.)
  1. Práctica

Conocer el tema no es suficiente para poder expresarlo con efectividad. Un orador practicará en privado la mejor forma de exponer sus argumentos, combinando contenidos, tono de voz, gestualidad, ritmo y cualquier otro elemento que incluya en su disertación.
  1. Credibilidad

Si bien en su preparación deben anticiparse posibles preguntas, si no puede responder a alguna, es preferible que admita sus limitaciones que intentar engañar a la audiencia con falsas respuestas.
  1. Dicción

Las palabras deben ser pronunciadas de forma correcta pero también clara, con una modulación distintiva de cada consonante y vocal.
  1. Vocabulario

De la misma forma que la vestimenta, el vocabulario siempre debe adaptarse tanto a la temática tratada como al público. Si es necesario utilizar una palabra específica para designar un concepto de alguna disciplina (biología, filosofía, medicina, etc.) que el público probablemente no conozca, el término se utilizará sólo luego de haber sido explicado de forma amena, clara y concisa.
  1. Ritmo

La exposición de un buen orador debe ser dinámica, utilizando diversas técnicas digitales o visuales que ayuden a mantener la atención del público. Parte de ese dinamismo implica también hacer las pausas necesarias al hablar, para señalar etapas en el discurso, crear expectativa o facilitar la comprensión del mensaje.
  1. Argumentación

El orador debe ser consciente de los fragmentos de su exposición que son más propensos al debate. Por eso su preparación debe incluir argumentos para defenderse ante las críticas esperables.
Si bien el orador debe mostrarse convencido y firme en su posición, también debe escuchar las opiniones de la audiencia y respetar a aquellos que disientan con sus opiniones.
  1. Gestualidad

La gestualidad tanto del rostro como del cuerpo debe ser utilizada para enfatizar los mensajes verbales, para favorecer la empatía del público o para mantener el dinamismo de la exposición.
Sin embargo, debe utilizarse de manera consciente como un medio de comunicación no verbal, y nunca abandonarlo al azar, ya que si no es utilizado de forma adecuada puede convertirse en un distractor o incluso contradecir el mensaje que quiere transmitirse.
  1. Contacto visual y verbal

Al establecer contacto visual con diferentes miembros del auditorio se promueve la atención e integración hacia el tema que se está exponiendo. Además, debe apelarse a la audiencia utilizando con frecuencia en su discurso la segunda persona del singular




MIEDO ESCÉNICO

  El miedo escénico es ese temor que siente una persona cuando se siente expuesta ante el vértigo del qué dirán. Los actores y actrices viven en primera persona este tipo de temor cuando realizan una obra de teatro y sufren por el temor a equivocarse.

Este tipo de temor también puede sufrirse en una exposición en público cuando una persona prepara una conferencia y siente el vértigo a quedarse en blanco o recibir críticas negativas por parte del público.
 


Algunas herramientas son muy útiles para superar este miedo, por ejemplo, un taller de riso terapia porque a través del humor la persona se destensa, mediante un curso de oratoria, la persona adquiere un buen dominio del lenguaje y se entrena en el hábito de hablar en público, asistir a clases de teatro también es una buena práctica para interpretar un rol.

Este temor está muy vinculado con la fobia social. La persona puede incluso llegar a tartamudear como consecuencia del nerviosismo. Lo ideal es fomentar la práctica de hablar en público para normalizar esta situación y llegar a vivirla con más naturalidad. Es lógico que la mayoría de las personas que hablan en público en una prueba determinada sienten un nivel de nerviosismo, sin embargo, el miedo escénico supone un bloqueo negativo, un freno que controla a la persona reduciendo su talento.

La persona que tiene este tipo de temor se pone unas expectativas tan altas que teme no estar a la altura de las circunstancias.






 
Causas del Miedo Escénico
causas del miedo escenico 
El miedo escénico se puede producir cuando se ha tenido en el pasado una situación que nos ha causado estrés, donde uno se ha sentido humillado, expuesto, burlado, con miedo, inseguro, sin control.
Esta información se queda grabada en nuestro subconsciente y cuando queremos volver a realizar la actividad que nos ha producido todos esos temores, nos salta la voz de alerta de nuestro interior.
Este tipo de vivencias traumáticas puede presentar comportamientos o sentimientos negativos, como tener una baja autoestima, evitar situaciones en las que llamemos la atención o el éxito, entre otra

Síntomas del miedo escénico

El miedo escénico puede expresarse mediante muchos y variados síntomas, e incluso llegar a desencadenar ataques de ansiedad. Las manifestaciones más habituales son:
  • A nivel físico: sensación de ahogo o dificultad para respirar, temblores, taquicardia, sudoración, mareos, náuseas, diarreas, frecuentes ganas de orinar, enrojecimiento facial, fuerte dolor de cabeza, tensión muscular, boca seca, etc.
  • A nivel psicológico: dispersión, confusión, dificultad para atender, concentrarse y recordar. Aparición de pensamientos negativos e invalidantes sobre la propia persona o su actuación. Miedo al fracaso, a la crítica negativa, a hacer el ridículo o a quedarse en blanco, entre otros. Pensamientos anticipatorios catastróficos sobre lo que va a ocurrir.
  • A nivel conductual: torpeza, volumen de voz bajo, hablar excesivamente rápido, tartamudear, trabarse, quedarse en silencio, intenso deseo de evitar la situación o huir de ella.

¿Cómo combatir el miedo escénico?

Una persona que ha identificado que tiene este problema y desea o necesita superarlo, puede tener en cuenta los siguientes consejos:
  • Ante todo, tratar de ver el miedo como un aliado, en lugar de como un enemigo. Los síntomas de ansiedad deben entenderse como una valiosa información que envía el cuerpo y que hay que aprender a gestionar adecuadamente.
  • Plantearse el afrontamiento como la única opción para superarlo. La evitación y la huida pueden producir un alivio momentáneo, pero a medio plazo, aumentarán la sensación de incapacidad y el miedo en la persona.
  • No luchar contra los propios síntomas de ansiedad, no tratar de eliminarlos, solamente identificarlos y aceptarlos o como mucho intentar bajar su intensidad, mediante técnicas de relajación, respiración abdominal, visualizaciones, etc. Es importante tener en cuenta que para que estas técnicas específicas sean efectivas deben ser ampliamente entrenadas y haber comprobado su efecto en otras situaciones diarias.
  • Recordar éxitos anteriores, conectar con escenarios vividos previamente en los que la persona se ha sentido capaz y se ha desenvuelto satisfactoriamente.
  • Aumentar la comprensión y la flexibilidad hacia uno mismo. Cuanta más presión y autocrítica posiblemente se produzca una peor ejecución o se puede llegar a un bloqueo.
  • Aceptar los propios errores, incluso atreverse a ponerlos en evidencia o a reírse de ellos y admitirlos ante el público, en lugar de tratar de avergonzarse o tratar de disimularlos.
  • Disfrutar de la propia actuación. Poner el foco de atención en uno mismo, con una atención plena al contenido de lo que uno está defendiendo, más que en la audiencia.
  • Practicar y proporcionarse experiencias, ya que la falta de costumbre o el desconocimiento o falta de competencia sobre el contenido de la ponencia son factores que aumentan la inseguridad y el miedo escénico.
De todas formas, es importante tener en cuenta que el miedo escénico no es algo que pueda desaparecer de forma mágica, de la noche a la mañana. Por eso es fundamental tratar la superación del mismo como un proceso, como una dificultad que se puede trabajar e ir afrontando progresivamente.



REDACCIÓN

La Palabra Redacción proviene del termino latino “Redactĭo” el cual, hace referencia a la acción y efecto de redactar que significa, escribir alguna situación, suceso o explicación, previamente pensada. La redacción supone un importante conocimiento en establecer formas y sentidos que le den coherencia y cohesión textual a lo que se escribe, ya que el orden de las palabras puede cambiar el ángulo del texto y puede ser mal interpretado, es esencial que el redactor organice mentalmente las ideas que desea plasmar en el papel. Una vez organizado el esquema de ideas en la mente el siguiente paso es definir cuales son las ideas principales y las ideas secundarias para que la solidez del escrito no se vea afectada por la falta de concentración de ideas que ha su vez no permitiría la correcta interpretación del asunto del texto.
Si bien es común relacionar a la redacción con la literatura artística, cualquier acto en el que se escriban palabras y se le de sentido y orientación supone que se están empleando métodos de redacción. Su significado en latín es poner orden, organizar, por lo que la redacción puede ser definida como el acto de ordenar palabras, pensamientos o experiencias, con el fin de ser interpretadas correctamente por cualquier persona que las lea.
La Redacción también se refiere al sitio físico en donde el periodista, escritor o redactor va a escribir, es la sucursal del periódico donde va el redactor a escribir sus notas por ejemplo. También el termino Redacción es aplicado para nombrar al grupo/equipo de redactores que se encargan de la distribución de información en un medio impreso.






Vicios de redacción

 Son todas aquellas prácticas en la escritura que no corresponden a ciertas normas de escritura en el español o que dificultan la comprensión de una idea.


La anfibología

Palabras.pngLa anfibología es un vicio de dicción que consiste en utilizar frases o palabras que producen confusión por tener más de una interpretación. Por ejemplo: “Juan y Pedro se fueron en su coche”. No está claro de quién era el coche, si de Juan o de Pedro.
En retórica, la anfibología consiste en emplear adrede voces o cláusulas de doble sentido, con el fin de provocar cierto efecto en lo demás. En este sentido, la anfibología no es un error de dicción, sino un uso deliberado del lenguaje con el fin de producir determinado efecto en el auditorio. Por ejemplo: “salió de la cárcel con tanta honra, que le acompañaron doscientos cardenales; salvo que a ninguno llamaban eminencia” (Quevedo). Se puede decir que el albur es una anfibología en este sentido.
En la vida diaria, se comete este error cuando nuestras palabras pueden ser interpretados de dos o más maneras, lo que contribuye a la poca claridad de nuestros mensajes. Por ejemplo: “Juan se fue con Pedro a su casa”. No está claro de quién era la casa, si de Juan o de Pedro.

El pleonasmo y la redundancia

Words.jpgDe acuerdo con la RAE, en retórica el pleonasmo es una figura de construcción que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para el sentido completo de la misma, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho. Por ejemplo: “lo vi con mis propios ojos”. Cuando se utiliza de manera inconsciente y no con fines retóricos, se convierte en un vicio de dicción al que llamamos redundancia, el cual consiste en usar palabras innecesarias para el sentido de la idea que se quiere comunicar.
Existen algunos casos en los que la redundancia es evidente. Por ejemplo: “salir hacia afuera, entrar hacia adentro, subir hacia arriba, bajar hacia abajo, avanzar hacia adelante, beber líquidos, auto suicidio, adelantar un anticipo, actualmente en vigor, canas blancas, carcajadas de risa, etcétera”. Sin embargo, hay otros casos en los que la redundancia no es tan evidente y, sin embargo, existe, ya que se utilizan palabras innecesarias para el sentido del mensaje. Por ejemplo: “accidente fortuito, casualidad imprevista, sorpresa inesperada, historia pasada, todos y cada uno, un par de gemelos, volar por el aire”, entre otros.
Tal vez has escuchado la expresión “Valga la redundancia”, la cual se utiliza para excusar el uso de esta figura. Esta expresión es válida únicamente cuando la persona que habla está utilizando un pleonasmo, es decir, una redundancia con efectos retóricos; significa cuando la persona quiere producir un efecto en el auditorio y emplea una redundancia de manera consciente. Sin embargo, cuando la persona comete un error, cuando usa una redundancia de manera innecesaria o por equivocación, en vez de decir “Valga la redundancia”, debería decir, “Perdón la redundancia”.

Cacofonías

Es un vicio que sucede cuando juntamos las letras o silabas de sonidos similares que son desagradables: la laguna, banco con, de desarrollo. Con un poco de reflexión puedes evitarlas. Por ejemplo, puedes decir, esa laguna o región lagunera, un banco que tiene ideas, países en desarrollo, así sucesivamente. Es difícil deshacer las cacofonías, sobre todo cuando ya se encuentran arraigadas y son parte de la cultura de una región o zona, como es el caso de La Laguna, pero indiscutiblemente que si algún día alcanzan el estatus de estado, le cambiarán el nombre a Región lagunera o algo similar, pero ya no cacofónico.

Metaplasmo

Esta alteración del lenguaje, es un vicio muy extendido que consiste en adicionar o quitar sonidos a las palabras y se da en las siguientes formas:
a) Apócope o apócopa. Metaplasmo consistente en la supresión de sonidos al final de una palabra.

Ejemplos:
Ahoy por hoy.
Arrempujar por empujar.
Aguardar por guardar.
Desinquieto por inquieto.
Asegún por según.
Desapartar por apartar






 Tiempos verbales


Cuando aprendes nuestro idioma, es básico que sepas manejar bien los tiempos verbales en español. Si sabes bien cómo utilizarlos, tendrás un control de la lengua envidiable. En esta lección de un Profesor vas a conocer a fondo la conjugación de tiempos verbales en nuestro idioma, tanto en indicativo como en subjuntivo. Así tendrás un control adecuado de la lengua para expresar ideas y acciones, como pueden ser las acciones que tienen lugar, podrían producirse o ya fueron realizadas. Es decir, puedes hablar o escribir sobre cuanto ocurre en el pasado, en el presente y en el futuro.
Ser capaz de dominar todos los tiempos verbales en español no es sencillo, ya que hay diferentes y a veces podrían parecer algo confusos. No siempre es fácil diferenciarlos, por eso es tan importante conocerlos en profundidad para evitar problemas

Los tiempos verbales en indicativo

Los tiempos verbales en indicativo son los más usados generalmente en nuestra lengua. Indican acciones o actividades que ya han tenido lugar, se están llevando a cabo en el presente o bien van a ser realizadas con toda seguridad en el futuro, tanto próximo como lejano.
Este grupo es el más numeroso de todos los verbos del español. No en vano son los más utilizados por los hispanohablantes para expresar acciones verdaderas, para acompañar a discursos y pensamientos en forma afirmativa, para explicar acciones que ya se han producido o que tienen lugar con regularidad o para contar características muy concretas. Para saber cómo es cada uno, lo mejor será conocer una a una todas las conjugaciones:
Presente de indicativo: se usa para situar una acción en el momento en que se habla o en un futuro muy próximo, describiendo rutinas repetitivas o situaciones permanentes o estables:
  • Escribo
  • Vivimos
  • Están
Estar más gerundio: esta es una perífrasis verbal que indica que la acción tiene lugar en un momento concreto de manera temporal:
  • Estoy subiendo
  • Estamos cantando
  • Estás conduciendo
Pretérito perfecto: también conocido como pretérito perfecto compuesto de indicativo, se usa para expresar acciones que ya han terminado, pero dan lugar a situaciones en las que todavía tienen validez presente:
  • He comido
  • Hemos aprendido
  • Han cantado
Pretérito imperfecto: en este caso, la conjugación expresa acciones pasadas que han tenido un principio y un fin no concretado. También sirve para dejar claro que una acción comenzada en el pasado todavía tiene regularidad o continuidad:
  • Crecía
  • Hablaban
  • Corrías
Pretérito perfecto simple: también conocido como pretérito indefinido de indicativo, se usa para expresar acciones que tuvieron lugar en el pasado de forma puntual y ya finalizaron o se interrumpieron:
  • Canté
  • Subieron
  • Leyó
Pretérito pluscuamperfecto: en este caso, los verbos así conjugados expresan anterioridad de una acción ya pasada al respecto de otra que también ha pasado. Es como un pasado reiterativo o pasado de pasado:
  • Había subido
  • Habían cantado
  • Habías leído
Pretérito anterior: este expresa un hecho inmediatamente anterior a otro que también ha pasado. Ya no se usa mucho, pero se encuentra en textos literarios:
  • Hube mirado
  • Hubo aprendido
  • Hubieron subido
Futuro próximo: se forma con el verbo ir más la preposición a unida junto con un infinitivo. Sirve para que se use en lugar del futuro simple indicando una acción que ocurrirá pronto o ha sido planeada:
  • Voy a cantar
  • Vas a venir
  • Vamos a marchar
Futuro simple: es el futuro y expresa una acción venidera o una probabilidad de que algo vaya a suceder próximamente:
  • Cantaré
  • Subirán
  • Bajarás
Futuro compuesto: se usa para expresar una acción futura que terminará antes de que comience otra acción también en el futuro. Igualmente expresa suposición o hecho que podría pasar próximamente:
  • Habré hablado
  • Habrás crecido
  • Habrán comido
Condicional simple: se emplea para expresar situaciones o acciones hipotéticas o preguntas realizadas con cortesía o deseo:
  • Cantaría
  • Bajarías
  • Viviríamos
Condicional compuesto: se usa igual que el condicional simple, pero en este caso las acciones ya han finalizado:
  • Habría comido
  • Habrías cantado
  • Habrían subido
Los tiempos verbales en español - Los tiempos verbales en indicativo

Los tiempos verbales perfectos o compuestos

Veamos ahora qué se conoce por tiempos verbales perfectos. En este caso, nos referimos a aquellos que presentan una acción que ya ha terminado. Así pues, aquí entraría todos los tiempos compuestos junto con el pretérito perfecto simple.
En estos verbos encontramos que hay que añadir y conjugar el verbo auxiliar haber junto al participio de un verbo determinado, de ahí el calificativo de perfectos o compuestos. Algunos ya los hemos visto, pero los volvemos a repetir para que quede todo perfectamente claro:
Pretérito perfecto compuesto: indica acción recientemente terminada y que ha tenido lugar tiempo atrás pero que ya está totalmente acabada y cerrada:
  • He amado
  • Has besado
  • Hemos subido
Pretérito pluscuamperfecto: este se usa para hablar de una acción pasada, sin embargo, no se sabe a ciencia cierta si ya ha acabado o está todavía en marcha. Y, si está terminada, tampoco se sabe cómo finalizó todo:
  • Había bajado
  • Habían mirado
  • Habíais querido
Pretérito anterior: es una acción pasada, pero no es muy usual que se utilice más allá de la literatura. En este caso, sí que se ha terminado la acción. Actualmente se cambia por otros tiempos, como el pretérito perfecto simple:
  • Hube querido
  • Hubo bajado
  • Hubiste saltado
Futuro perfecto: aquí se muestra un futuro que sucederá próximamente y que se tiene la certeza de que ocurrirá o que es muy probable que pase en poco tiempo:
  • Habré bajado
  • Habrás cantado
  • Habremos mirado
Condicional compuesto: en este caso se muestra un condicional, es decir, es más un deseo o una probabilidad amplia que un hecho consumado en sí o que está ocurriendo en este momento:
  • Habría bajado
  • Habrías mirado
  • Habríamos querido
Pretérito perfecto compuesto: es una forma pasada de expresarse para afirmar algo que ya ha tenido lugar y que igualmente ha finalizado recientemente:
  • Haya bajado
  • Hayas bebido
  • Hayamos querido
Pretérito pluscuamperfecto: una forma de condicional pasado para afirmar un deseo de que algo haya sucedido:
  • Hubiera o hubiese mirado
  • Hubiéramos o hubiésemos subido
  • Hubierais o hubieseis corrido
Futuro perfecto: un futuro subjuntivo en desuso que expresa deseo:
  • Hubiere amado
  • Hubieres querido
  • Hubiéremos bajado
Pretérito perfecto simple: el único de los verbos perfectos que no es compuesto. Pertenece al indicativo, se conoce igualmente como pretérito indefinido, como hemos visto, y expresa una acción puntual del pasado que ya finalizó:
  • Cayó
  • Cantaron
  • Mejoré
Los tiempos verbales en español - Los tiempos verbales perfectos o compuestos

Los tiempos verbales simples

En este caso nunca vamos a encontrar conjugaciones compuestas que necesiten la unión del verbo haber con otro verbo auxiliar. Además, sirven tanto para tiempos pasados como futuros para afirmar, comentar acciones, explicar algún deseo, etc. Por ello se puede incluir tanto el subjuntivo como el indicativo. En este caso encontramos los siguientes:
Presente de indicativo: expresa una acción concreta que está teniendo lugar en el mismo momento:
  • Como
  • Subes
  • Abrazamos
Presente de subjuntivo: es una acción actual que incluye deseo o condicional:
  • Coma
  • Subas
  • Bajen
Pretérito imperfecto de indicativo: aquí se expresa una acción pasada indeterminada, ya que no sabemos si ha acabado o no o cuándo se llevó a cabo:
  • Subía
  • Abrazabas
  • Comían
Pretérito imperfecto de subjuntivo: este tiempo verbal incluye un pasado que añade deseo de que algo hubiese sucedido:
  • Bebiera o bebiese
  • Subierais o subieseis
  • Cantases o cantares
Pretérito indefinido: aquí hay que referirse a un pasado indefinido, es decir, que ya sucedió y cuya acción ya ha acabado o tenido lugar:
  • Bajé
  • Mezclaste
  • Abrazaron
Futuro imperfecto: en este caso encontramos un futuro próximo, es decir, que tendrá lugar casi con toda seguridad en breve:
  • Bajaré
  • Comeréis
  • Subirán
Condicional simple: en este caso encontramos una conjugación verbal que expresa un deseo, algo que queremos que suceda, pero que no es seguro que vaya a ocurrir:
  • Bebería
  • Subirían
  • Besaríais
Los tiempos verbales en español - Los tiempos verbales simples
Fuente: Consultas Ortográficas

Los tiempos verbales en subjuntivo

Veamos ahora los tiempos verbales en subjuntivo. Este tipo de verbos se utiliza generalmente para expresar deseo, dudas, esperanzas o sentimiento. También se usan para expresar pensamientos negativos, para referirse a acciones que no han tenido lugar, para hablar de una persona sin especificar, pero con ciertas características particulares, y para algunas expresiones subjuntivas concretas únicas de esta conjugación.
En general, algunos de los tiempos verbales del subjuntivo están en desuso, como vas a ver a continuación. Los hispanohablantes buscamos fórmulas sencillas para expresarnos, por lo que algunas de estas conjugaciones ya solo se pueden encontrar en la literatura antigua y similares, pero no en expresiones actuales.
En este caso, podemos distinguir entre tiempos simples, como son el presente, y compuestos. Veamos brevemente primero los simples:
Presente: expresa un deseo actual:
  • Ame
  • Bajes
  • Subáis
Pretérito imperfecto: este tiempo expresa un deseo pasado recientemente:
  • Amara o amase
  • Subieras o subieses
  • Contáramos o contásemos
Futuro simple: aquí expresamos un futuro deseable pero incierto:
  • Bajare
  • Subiéramos
  • Amaren
Veamos ahora cuáles son los tiempos compuestos del subjuntivo:
Pretérito perfecto compuesto: también conocido como antepresente, denota un pasado reciente deseable:
  • Haya cantado
  • Hayas amado
  • Hayamos gritado
Pretérito pluscuamperfecto: en este caso encontramos una conjugación que muestra un pasado deseable, y que también es conocido como antepretérito:
  • Hubiera o hubiese subido
  • Hubiéramos o hubiésemos gritado
  • Hubierais o hubieseis contado
Futuro compuesto: también llamado antefuturo, expresa un deseo para un futuro próximo. No obstante, está en desuso:
  • Hubiere andado
  • Hubieres contado
  • Hubiéremos explicado
En esta otra lección te descubrimos cuáles son las diferencias entre el modo indicativo y el subjuntivo para que entiendas mejor los dos tipos de formas verbales.
Los tiempos verbales en español - Los tiempos verbales en subjuntivo

Signos de puntuación

Los signos de puntuación son herramientas que permiten al lector determinar la estructura y sentido de los textos, ya que indican las pausas y el modo de la entonación del habla.
Los signos de puntuación poseen una gran función porque su correcto uso permite comprender de forma coherente y sin ambigüedades el contenido de un texto.
Por medio de los signos de puntuación se estructuran los textos, ordenando y jerarquizando las ideas en principales y secundarias, lo que permite al lector una mejor interpretación, análisis y comprensión del contenido.
Actualmente, en las redes sociales y chats se puede observar una nueva forma de escritura, que en virtud de los pocos caracteres de los que se puede hacer uso para expresar una idea o por la rapidez del individuo, se hace un mal uso de los signos de puntuación, de la abreviación de palabras, y sustitución de letras. Por ejemplo, “Hola, pork no llamaste hoy?”.

Tipo de signos de puntuación

Los signos de puntuación poseen unas normas generales establecidas para hacer el correcto uso de los mismos. Sin embargo, es posible, que cada individuo haga un uso particular de los signos pero, considerando siempre las normas generales implantadas.

El punto

El punto (.) indica la pausa que se produce al final de un enunciado. Después de punto siempre se escribirá con mayúscula, salvo en el caso de que aparezca en una abreviatura. Existen tres clases de punto:
El punto y seguido: se emplea para separar los distintos enunciados que forman un párrafo. Después de un punto y seguido se continúa a escribir en la misma línea.
El punto y aparte: separa párrafos distintos. Tras el punto y aparte, la escritura debe de continuar en la línea siguiente, en mayúscula y sangrada.
El punto y final: es el punto que cierra un texto.
Vea también el significado de Punto.

La coma

La coma (,) marca una pausa breve dentro de un enunciado.
  • Se emplea para separar componentes de la oración o sintagma, salvo que este precedido por alguna conjugación como y, e, o, u, ni. Por ejemplo, “Andrea llegó de la escuela, hizo los deberes, tomó baño y se durmió”.
  • Se usa para encerrar incisos o aclaraciones y para señalar omisiones. Por ejemplo, “Si vienes, te esperamos; si no, nos vamos”.
  • Separa la parte entera de un número de la parte decimal. Por ejemplo, 3,5km.
  • Las locuciones conjuntivas o adverbiales van precedidas y seguidas de coma. Por ejemplo, en efecto, es decir, en fin.

Los dos puntos

Los dos puntos (:) representan una pausa mayor que la coma pero, menor que la del punto. Se usa en los siguientes casos:
  • Antes de una cita textual y como un llamado de atención. Por ejemplo, “Dice el refrán: más vale tarde que nunca”.
  • Antes de una enumeración. Por ejemplo, “Las cuatro estaciones del año son: primavera, verano, otoño e invierno”.
  • Tras las fórmulas de cortesía que encabezan las cartas y documentos.
  • Entre oraciones relacionadas sin nexo cuando se expresa causa – efecto o una conclusión. Por ejemplo, “Perdió el trabajo, la casa, el carro: todo por el juego”.

El punto y coma

El punto y coma (;) representa una pausa mayor que la coma pero, menor que la del punto y seguido. Se emplea en los siguientes casos:
  • Para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones complejas que incluyen comas. Por ejemplo, “Su pelo es castaño; los ojos, verdes; la nariz, respingona”.
  • Antes las conjugaciones (pero, aunque y mas), cuando se introduce una frase larga.

Los puntos suspensivos

Los puntos suspensivos (…) están formados por tres puntos en línea y sin espacio entre ellos. Se emplea en los siguientes casos:
  • Al final de las enumeraciones abiertas, con el mismo valor que el etcétera. Por ejemplo, “1, 2, 3, …”.
  • Cuando se deja una expresión incompleta o en suspenso. Por ejemplo, “A pocas palabras…”.
  • Para expresar dudas, temor o vacilación.
  • Cuando se reproduce de forma incompleta una cita textual, texto o refrán.

Signos de interrogación y de admiración

El uso de los signos de interrogación (¿?) marca el principio y el fin de una pregunta formulada de manera directa. Por ejemplo, “¿Qué quieres?”.
Cabe aclarar que en algunos idiomas solo se utiliza un signo de interrogación al final de la frase interrogativa.
Por su parte, los signos de admiración o exclamación (¡!) son usados en los enunciados que expresan un sentimiento o emoción intensa. Por ejemplo, “¡qué fracaso!”, “¡fuera de aquí!”. También, en las interjecciones, “¡ay!”, “¡oh!”

Signos de puntuación y auxiliares

De igual manera que los signos de puntuación, los signos auxiliares ayudan a las pausas que el individuo realiza en las entonaciones al leer un texto, lo cual genera coherencia y permite al lector obtener una mejor comprensión.
Algunos de los signos auxiliares son corchetes ([]), paréntesis (), guion (-), comillas (“”), asteriscos (*), diéresis (¨), apóstrofe (ʼ).



Coherencia





La Coherencia es aquella relación que es efectiva entre dos o más cosas, por lo general, la coherencia se aplica para describir aquella concordancia entre ideas y acciones de una persona, también para señalar aquellos movimientos o acciones que deben corresponder con lo que se considera normal. El término proviene del latín “Cohaerentia” que quiere decir “Cohesión”.
Cuando hablamos de coherencia entre ideas y acciones nos referimos a aquellos pensamientos o lineamientos que se llevan a cabo de la manera que fueron diseñados en la mente. Ejemplo: es coherente pensar que debes ir al trabajo al día siguiente, y cumplir con lo previsto, pero a la mañana siguiente, sin un motivo aparente o justificado no se asiste a este se está rompiendo con la relación entre lo que se debe hacer y lo que se hace en realidad. Eso es una reacción incoherente.
Cuando nos referimos a la correspondencia de los movimientos, nos referimos a un ejemplo más clínico. El cerebro emite constantemente órdenes al cuerpo para que los órganos y los músculos de las extremidades trabajen cumplan con su deber, si hay una falla en el cerebro, estas órdenes no se llevarán a cabo de una manera efectiva, por lo tanto no habrá coherencia entre los pensamientos, órdenes y misiones con las acciones que en realidad ejecuta el cuerpo.
La coherencia es un término que va de la mano con la lógica y la razón, las acciones coherentes que se tomen en cualquier campo de la vida cotidiana, tienen un propósito y una razón de ser, un motivo por el cual deben ejecutarse. Esta lógica es individual, pero en las organizaciones como una empresa deben todos los trabajadores seguir la línea coherente de sus funciones para los que fueron contratados, de lo contrario incumplirán y serán multados, amonestados o despedidos, eso es de hecho la decisión más coherente cuando un empleado no cumple con su deber.
La toma de decisiones que son personales y que no afectan a los que comparten el entorno no tienen que ser necesariamente coherentes para los demás, pero cuando se toma una decisión colectiva, la manera más coherente es que se ejecute con el consentimiento de todos los actores involucrado para así asegurar el óptimo desempeño de los componentes y el resultado propio para cada quien.


La cohesión
Para que exista coherencia los elementos del texto deben estar relacionados entre sí y conformar entre ellos una idea única y unitaria. Desde el punto de vista formal, la coherencia se basa en el funcionamiento de una serie de recursos para constituir relaciones entre los elementos de un texto.
La cohesión es una propiedad textual mediante la cual los enunciados de un texto se relacionan correctamente desde el punto de vista léxico y gramatical. Por lo tanto, diremos que existe cohesión en un texto cuando los enunciados sucesivos aparecen debidamente trabados por conectores morfosintácticos y léxico-semánticos, e incluso fónicos.
Estos son llamados recursos de cohesión.
- Referencia
- Sustitución
- Elipsis
- Los conectores
- Repetición por concurrencia
- Signos de puntuación
3.1-  La referencia
Este mecanismo de cohesión establece una relación entre un elemento del texto y otro u otros que están presentes en el mismo texto o en el contexto situacional. La identificación de los referentes es un aspecto muy importante
en la comprensión de los textos, ya que incide en forma directa en el procesamiento de la información. La referencia textual puede ser de dos clases:

Definición y estructura de la comprensión lectora

Resulta casi imposible separar el concepto de lectura con el de comprensión lectora, ya que ambos se basan en los mismos procesos diferenciándose sólo en la presencia de un lector ideal, el cual determina una comprensión eficaz.
  1. Definición y estructura de la comprensión lectora
  2. Etapas y niveles de la comprensión lectora




La comprensión lectora se define como el proceso por medio del cual un lector construye, a partir de su conocimiento previo, nuevos significados al interactuar con el texto. Esto es el fundamento de la comprensión: la interacción del lector con el texto.
Dicho proceso, se desarrolla de forma distinta en cada lector, ya que cada individuo desarrolla esquemas diferentes y utiliza distintas habilidades y destrezas al momento de enfrentarse a un texto.
En toda esta tarea es importante la experiencia previa, pues serán determinantes en la cantidad de esquemas que posea el individuo. Si la experiencia es limitada, también lo serán los esquemas. En el caso que el lector no posea un esquema en relación con algún tema o concepto, puede formarse uno nuevo de acuerdo a la información proporcionada. De esta manera, a medida que el lector elabora nuevos conocimientos y los relaciona con la información que ha almacenado, los esquemas se amplían.
Mientras más sea el conocimiento previo del lector, más probabilidades tiene de entender las palabras relevantes, realizar las inferencias correctas durante la lectura y elaborar correctamente los modelos de significado.
Es importante señalar que el proceso de comprensión es continuo y constante, puesto que siempre se incorporará nueva información.
Tipos de lectura
Es un proceso conformado por fases donde el lector debe ser capaz de entender las significaciones del texto, es decir, poder responder preguntas sobre los significados explícitos e implícitos contenidos en él. Para lograr esta finalidad es necesario llevar a cabo los siguientes tipos de lectura:
Lectura literal: El propósito es aprehender contenidos explícitos del texto. Es decir, lo que el autor expresa directamente, por lo tanto, no admite suposiciones, ni deducciones.
Lectura deductiva: Su carácter es más complejo, pues el lector debe rescatar la información implícita que entrega el autor. Para ello es necesario que la información supuesta sea correcta, es decir, que surja de los análisis de los datos proporcionados por el texto.
Lectura sintética: Es la que permite encontrar una idea principal y las secundarias en los párrafos y cómo se organizan en relación a la primera, además de identificar el tema central. Se debe reducir la extensión que presente un escrito a sus componentes fundamentales.
Competencias lengüísticas que desarrolla la lectura Ya se ha señalado la definición de lectura, sus características y tipos, pero se debe acotar los propósitos y la importancia que ésta tiene en el aprendizaje de los individuos.
El principal objetivo de la lectura consiste en desarrollar las siguientes competencias lingüísticas:
• Leer y escribir, favoreciendo el correcto uso del vocabulario y estructuras lingüísticas.
• La capacidad de comunicarse, favoreciendo el desarrollo social.
• Pensar de forma crítica, enriqueciendo y estimulando intelectualmente al lector.
• Argumentar y concluir lógicamente.
• Favorecer la imaginación del lector.
• Satisfacer necesidades informativas y estéticas


¿QUÉ ES LEER?

Leer no es únicamente ser capaz de decodificar un texto. Leer supone interactuar con el texto aportando en dicho proceso los conocimientos y experiencias que posee el lector para comprender e interpretarlo, utilizarlo y reflexionar sobre él. Además, la lectura está íntimamente relacionada con los objetivos que persigue el lector, que lee con diferentes pro
pósitos lo que le lleva a interactuar de distintas maneras con el texto: el mismo lector, ante el mismo texto, puede modificar su interpretación cuando persigue distintos propósitos. Asimismo, los nuevos géneros textuales propiciados por las tecnologías de la información y la comunicación necesitan del  desarrollo diversas estrategias de lectura  que ayuden a construir el sentido del texto y que traten, por ejemplo, la relación entre diversas partes del texto y la relación entre los textos unidos mediante hipervínculos...
Así, comprender e interpretar textos es un proceso complejo que necesita de un trabajo específico y que se desarrolla a lo largo de toda nuestra vida en los múltiples contextos en los que nos movemos (laboral, social, académico, personal). El lector competente ha de ser capaz de reconocer las características y propiedades de los diversos textos, presentados en diferentes soportes y formatos y construir el sentido de los  mismo, es decir, ha de ser capaz de localizar información, de sintetizarla, de interpretarla y realizar inferencias y de analizar y valorar tanto el contenido como la forma del texto.

 Comentario crítico 

 Es un género de escritura académica que resume brevemente y evalúa críticamente un trabajo o concepto. Se puede usar para analizar obras creativas, trabajos de investigación o incluso teorías. En este sentido, el rango de obras que pueden estar sujetas a un comentario crítico es amplio.
Esto incluye novelas, películas, poesía, monografías, artículos de revistas, revisiones sistemáticas y teorías, entre otros. En general, en este tipo de texto se utiliza un estilo formal de escritura académica y tiene una estructura clara: introducción, cuerpo y conclusión. El cuerpo incluye un resumen de la obra y una evaluación detallada.
Así pues, escribir un comentario crítico es similar en muchos aspectos a escribir un resumen. Ambos hacen una exposición de los aspectos más importantes del trabajo  y revisan los resultados y su significado. Sin embargo, a diferencia de los resúmenes, este presenta el análisis del escritor y la evaluación del artículo.
Comentario críticoNo se trata de señalar fallas o defectos en la obras; debe ser una  evaluación equilibrada. En sí, su propósito es medir la utilidad o el impacto de un trabajo en un campo particular. Además, sirve para desarrollar un conocimiento del área temática de la obra o trabajos relacionados.
Índice

Estructura

Es importante que su crítica tenga una estructura definida y sea fácil de seguir. Hay una variedad de formas de estructurar una crítica. Sin embargo, muchos optan por la estructura clásica, que se comenta a continuación.

Introducción

Normalmente, la introducción de un comentario crítico es corta (menos del 10 % del total de palabras en el texto). Esta debe contener los datos de la obra que se está analizando: autor, fecha de creación, título, entre otros.
Además, la introducción presenta el principal argumento, tema o el propósito del trabajo, así como el contexto en el cual se creó. Esto podría incluir el contexto social o político, o el lugar de su creación.
La introducción también señala la evaluación del trabajo por parte del autor de la crítica. Por ejemplo, puede indicar si se trata de una evaluación positiva, negativa o mixta; o puede exponer la tesis u opinión sobre la obra.

Resumen

El resumen describe de manera breve los puntos principales del trabajo. Asimismo, presenta objetivamente cómo el creador representa estos puntos al usar técnicas, estilos, medios, personajes o símbolos.
Ahora bien, este resumen no debe ser el foco del comentario crítico, y generalmente es más corto que la evaluación crítica. Algunos autores recomiendan que no ocupe más de un tercio del texto.

Evaluación crítica

Esta sección debe proporcionar una evaluación sistemática y detallada de los diferentes elementos del trabajo, evaluando qué tan bien el creador fue capaz de lograr el propósito a través de estos elementos.
Por ejemplo, si es una novela, se pueden evaluar la estructura de la trama, la caracterización y el tema. En el caso de una pintura, se debe valorar la composición, pinceladas, color y luz.
Una comentario crítico no solo resalta las impresiones negativas. Debe deconstruir el trabajo e identificar tanto fortalezas como debilidades, y debe examinar el trabajo y evaluar su éxito a la luz de su propósito.
Para respaldar la evaluación, hay que proporcionar evidencia dentro del mismo trabajo. Esto incluye la explicación de cómo esta evidencia respalda la evaluación del trabajo.

Conclusión

La conclusión suele ser un párrafo muy breve que incluye la evaluación general del trabajo y un resumen de las razones clave. En algunas circunstancias, las recomendaciones para mejorar el trabajo pueden ser apropiadas.

 

¿Cómo hacer un comentario crítico? (Paso a paso)

Sobre un material escrito (libros, artículos)

Preparación

– Leer todo el libro o artículo a fondo y resaltar o tomar notas sobre lo que considere relevante.
Establecer los puntos principales y la evidencia del autor para respaldar esos puntos.
Releer el material para asegurarse de haber entendido las ideas del autor.
Hacer un resumen. También se puede realizar un esquema con los aspectos principales de la lectura.

Análisis

– Establecer el propósito principal del libro o artículo del autor.
– Discutir los argumentos que se usan para respaldar el punto principal y la evidencia que los respalda.
– Explicar las conclusiones alcanzadas por el autor y cómo se han alcanzado.
– Comparar las ideas del autor con las de otros escritores sobre el mismo tema.

Evaluación

– Evaluar el contenido del texto y la forma en la que está escrito.
– Anotar tanto los aspectos positivos como los negativos.
– Valorar los argumentos, las evidencias, la organización del texto y la presentación de los hechos, entre otros elementos.
– Contrastar los puntos de vista del autor con los puntos de vista propios, respaldando estos últimos con argumentos válidos.

Redacción

– Escribir un ensayo estándar: introducción, cuerpo y conclusión.
– Editar el texto, revisando redacción y ortografía.

Definición de Miedo Escénico

Existen distintos tipos de miedo. El miedo escénico es ese temor que siente una persona cuando se siente expuesta ante el vértigo del qué dirán. Los actores y actrices viven en primera persona este tipo de temor cuando realizan una obra de teatro y sufren por el temor a equivocarse.

Este tipo de temor también puede sufrirse en una exposición en público cuando una persona prepara una conferencia y siente el vértigo a quedarse en blanco o recibir críticas negativas por parte del público.
Una fobia social

Este es otro de los motivos de angustia en una prueba de un examen oral. Este mismo temor puede padecerse en una entrevista de trabajo cuando el candidato es consciente de que en ese encuentro se juega gran parte del éxito.

Ante la presión que produce el miedo escénico, la persona bloquea su potencial, es decir, sus capacidades comunicativas se ven mermadas. Entre los síntomas que produce este tipo de tensión es el embotamiento mental, es decir, dificultad para pensar con claridad y mantener un nivel de concentración alto.

Sentimiento de nerviosismo generalizado que puede producir náuseas y angustia. El malestar estomacal es frecuente como consecuencia de esta angustia y por ello, es probable que la persona tenga la sensación de tener un nudo en el estómago que le roba el apetito.

Este miedo escénico convierte las pruebas de hablar en público en un auténtico reto ante el que es muy probable que el candidato tenga ganas de huir. En ocasiones, este tipo de pánico es consecuencia de una experiencia traumática.
Medidas para superar el miedo escénico

Algunas herramientas son muy útiles para superar este miedo, por ejemplo, un taller de risoterapia porque a través del humor la persona se destensa, mediante un curso de oratoria, la persona adquiere un buen dominio del lenguaje y se entrena en el hábito de hablar en público, asistir a clases de teatro también es una buena práctica para interpretar un rol.

Este temor está muy vinculado con la fobia social. La persona puede incluso llegar a tartamudear como consecuencia del nerviosismo. Lo ideal es fomentar la práctica de hablar en público para normalizar esta situación y llegar a vivirla con más naturalidad. Es lógico que la mayoría de las personas que hablan en público en una prueba determinada sienten un nivel de nerviosismo, sin embargo, el miedo escénico supone un bloqueo negativo, un freno que controla a la persona reduciendo su talento.

La persona que tiene este tipo de temor se pone unas expectativas tan altas que teme no estar a la altura de las circunstancias

I Definicion ABC https://www.definicionabc.com/general/miedo-escenico.php
Definición de Miedo Escénico

Existen distintos tipos de miedo. El miedo escénico es ese temor que siente una persona cuando se siente expuesta ante el vértigo del qué dirán. Los actores y actrices viven en primera persona este tipo de temor cuando realizan una obra de teatro y sufren por el temor a equivocarse.

Este tipo de temor también puede sufrirse en una exposición en público cuando una persona prepara una conferencia y siente el vértigo a quedarse en blanco o recibir críticas negativas por parte del público.
Una fobia social

Este es otro de los motivos de angustia en una prueba de un examen oral. Este mismo temor puede padecerse en una entrevista de trabajo cuando el candidato es consciente de que en ese encuentro se juega gran parte del éxito.

Ante la presión que produce el miedo escénico, la persona bloquea su potencial, es decir, sus capacidades comunicativas se ven mermadas. Entre los síntomas que produce este tipo de tensión es el embotamiento mental, es decir, dificultad para pensar con claridad y mantener un nivel de concentración alto.

Sentimiento de nerviosismo generalizado que puede producir náuseas y angustia. El malestar estomacal es frecuente como consecuencia de esta angustia y por ello, es probable que la persona tenga la sensación de tener un nudo en el estómago que le roba el apetito.

Este miedo escénico convierte las pruebas de hablar en público en un auténtico reto ante el que es muy probable que el candidato tenga ganas de huir. En ocasiones, este tipo de pánico es consecuencia de una experiencia traumática.
Medidas para superar el miedo escénico

Algunas herramientas son muy útiles para superar este miedo, por ejemplo, un taller de risoterapia porque a través del humor la persona se destensa, mediante un curso de oratoria, la persona adquiere un buen dominio del lenguaje y se entrena en el hábito de hablar en público, asistir a clases de teatro también es una buena práctica para interpretar un rol.

Este temor está muy vinculado con la fobia social. La persona puede incluso llegar a tartamudear como consecuencia del nerviosismo. Lo ideal es fomentar la práctica de hablar en público para normalizar esta situación y llegar a vivirla con más naturalidad. Es lógico que la mayoría de las personas que hablan en público en una prueba determinada sienten un nivel de nerviosismo, sin embargo, el miedo escénico supone un bloqueo negativo, un freno que controla a la persona reduciendo su talento.

La persona que tiene este tipo de temor se pone unas expectativas tan altas que teme no estar a la altura de las circunstancias

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Definición de Miedo Escénico

Existen distintos tipos de miedo. El miedo escénico es ese temor que siente una persona cuando se siente expuesta ante el vértigo del qué dirán. Los actores y actrices viven en primera persona este tipo de temor cuando realizan una obra de teatro y sufren por el temor a equivocarse.

Este tipo de temor también puede sufrirse en una exposición en público cuando una persona prepara una conferencia y siente el vértigo a quedarse en blanco o recibir críticas negativas por parte del público.
Una fobia social

Este es otro de los motivos de angustia en una prueba de un examen oral. Este mismo temor puede padecerse en una entrevista de trabajo cuando el candidato es consciente de que en ese encuentro se juega gran parte del éxito.

Ante la presión que produce el miedo escénico, la persona bloquea su potencial, es decir, sus capacidades comunicativas se ven mermadas. Entre los síntomas que produce este tipo de tensión es el embotamiento mental, es decir, dificultad para pensar con claridad y mantener un nivel de concentración alto.

Sentimiento de nerviosismo generalizado que puede producir náuseas y angustia. El malestar estomacal es frecuente como consecuencia de esta angustia y por ello, es probable que la persona tenga la sensación de tener un nudo en el estómago que le roba el apetito.

Este miedo escénico convierte las pruebas de hablar en público en un auténtico reto ante el que es muy probable que el candidato tenga ganas de huir. En ocasiones, este tipo de pánico es consecuencia de una experiencia traumática.
Medidas para superar el miedo escénico

Algunas herramientas son muy útiles para superar este miedo, por ejemplo, un taller de risoterapia porque a través del humor la persona se destensa, mediante un curso de oratoria, la persona adquiere un buen dominio del lenguaje y se entrena en el hábito de hablar en público, asistir a clases de teatro también es una buena práctica para interpretar un rol.

Este temor está muy vinculado con la fobia social. La persona puede incluso llegar a tartamudear como consecuencia del nerviosismo. Lo ideal es fomentar la práctica de hablar en público para normalizar esta situación y llegar a vivirla con más naturalidad. Es lógico que la mayoría de las personas que hablan en público en una prueba determinada sienten un nivel de nerviosismo, sin embargo, el miedo escénico supone un bloqueo negativo, un freno que controla a la persona reduciendo su talento.

La persona que tiene este tipo de temor se pone unas expectativas tan altas que teme no estar a la altura de las circunstancias.

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Definición de Miedo Escénico

Existen distintos tipos de miedo. El miedo escénico es ese temor que siente una persona cuando se siente expuesta ante el vértigo del qué dirán. Los actores y actrices viven en primera persona este tipo de temor cuando realizan una obra de teatro y sufren por el temor a equivocarse.

Este tipo de temor también puede sufrirse en una exposición en público cuando una persona prepara una conferencia y siente el vértigo a quedarse en blanco o recibir críticas negativas por parte del público.
Una fobia social

Este es otro de los motivos de angustia en una prueba de un examen oral. Este mismo temor puede padecerse en una entrevista de trabajo cuando el candidato es consciente de que en ese encuentro se juega gran parte del éxito.

Ante la presión que produce el miedo escénico, la persona bloquea su potencial, es decir, sus capacidades comunicativas se ven mermadas. Entre los síntomas que produce este tipo de tensión es el embotamiento mental, es decir, dificultad para pensar con claridad y mantener un nivel de concentración alto.

Sentimiento de nerviosismo generalizado que puede producir náuseas y angustia. El malestar estomacal es frecuente como consecuencia de esta angustia y por ello, es probable que la persona tenga la sensación de tener un nudo en el estómago que le roba el apetito.

Este miedo escénico convierte las pruebas de hablar en público en un auténtico reto ante el que es muy probable que el candidato tenga ganas de huir. En ocasiones, este tipo de pánico es consecuencia de una experiencia traumática.
Medidas para superar el miedo escénico

Algunas herramientas son muy útiles para superar este miedo, por ejemplo, un taller de risoterapia porque a través del humor la persona se destensa, mediante un curso de oratoria, la persona adquiere un buen dominio del lenguaje y se entrena en el hábito de hablar en público, asistir a clases de teatro también es una buena práctica para interpretar un rol.

Este temor está muy vinculado con la fobia social. La persona puede incluso llegar a tartamudear como consecuencia del nerviosismo. Lo ideal es fomentar la práctica de hablar en público para normalizar esta situación y llegar a vivirla con más naturalidad. Es lógico que la mayoría de las personas que hablan en público en una prueba determinada sienten un nivel de nerviosismo, sin embargo, el miedo escénico supone un bloqueo negativo, un freno que controla a la persona reduciendo su talento.

La persona que tiene este tipo de temor se pone unas expectativas tan altas que teme no estar a la altura de las circunstancias.

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Definición de Miedo Escénico

Existen distintos tipos de miedo. El miedo escénico es ese temor que siente una persona cuando se siente expuesta ante el vértigo del qué dirán. Los actores y actrices viven en primera persona este tipo de temor cuando realizan una obra de teatro y sufren por el temor a equivocarse.

Este tipo de temor también puede sufrirse en una exposición en público cuando una persona prepara una conferencia y siente el vértigo a quedarse en blanco o recibir críticas negativas por parte del público.
Una fobia social

Este es otro de los motivos de angustia en una prueba de un examen oral. Este mismo temor puede padecerse en una entrevista de trabajo cuando el candidato es consciente de que en ese encuentro se juega gran parte del éxito.

Ante la presión que produce el miedo escénico, la persona bloquea su potencial, es decir, sus capacidades comunicativas se ven mermadas. Entre los síntomas que produce este tipo de tensión es el embotamiento mental, es decir, dificultad para pensar con claridad y mantener un nivel de concentración alto.

Sentimiento de nerviosismo generalizado que puede producir náuseas y angustia. El malestar estomacal es frecuente como consecuencia de esta angustia y por ello, es probable que la persona tenga la sensación de tener un nudo en el estómago que le roba el apetito.

Este miedo escénico convierte las pruebas de hablar en público en un auténtico reto ante el que es muy probable que el candidato tenga ganas de huir. En ocasiones, este tipo de pánico es consecuencia de una experiencia traumática.
Medidas para superar el miedo escénico

Algunas herramientas son muy útiles para superar este miedo, por ejemplo, un taller de risoterapia porque a través del humor la persona se destensa, mediante un curso de oratoria, la persona adquiere un buen dominio del lenguaje y se entrena en el hábito de hablar en público, asistir a clases de teatro también es una buena práctica para interpretar un rol.

Este temor está muy vinculado con la fobia social. La persona puede incluso llegar a tartamudear como consecuencia del nerviosismo. Lo ideal es fomentar la práctica de hablar en público para normalizar esta situación y llegar a vivirla con más naturalidad. Es lógico que la mayoría de las personas que hablan en público en una prueba determinada sienten un nivel de nerviosismo, sin embargo, el miedo escénico supone un bloqueo negativo, un freno que controla a la persona reduciendo su talento.

La persona que tiene este tipo de temor se pone unas expectativas tan altas que teme no estar a la altura de las circunstancias.

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